Más allá en la penumbra

Aquí es donde solíamos pasear, salíamos a caminar al menos dos veces al día, lo recuerdo bien. A veces todavía lo veo deambular por aquí a las horas crepusculares y quiero jugar con él, así como solíamos; arrojar y traer, arrojar y traer, pero parece perdido, sólo camina por la misma vía como buscando algo sin encontrarlo, parece que no me ve pero cuando le ofrezco éste hueso largo para jugar derrama una lágrima y continúa su deambular hasta más allá en la penumbra.

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